Llevo desde que Oscar me propuso tocar en su bar del barrio de santa Teresa, hace unos 15 días, pensando en que debió de ser hace 10 años, cuando lo hice por última vez en lo que por entonces se
llamaba "El Duende"... ¡qué lástima! Un barrio, con tanta vidilla, con sus cañas. sus garitos, su gente joven... hace 10 años estaba en plena efervescencia y debió de quedarse ahí
mismo.
El caso es que en el Aborigen hay un licencia de Café Teatro para nada explotada, con la que se pueden realizar actuaciones en directo, y allá que me fui con mi guitarra a llenar la planta baja
de gente bonita, que cantaba canciones con el corazón, y guardaba el más respetuoso de los silencios. IMPRESIONANTE.
Mucha gracias por recibirme así en casa, por venir a verme, y al gran Daniel López por inmortalizarlo
para siempre.
