Cuando uno vuelve a un sitio, es porque sabe que lo van a tratar bien. Éste es el puntito exacto que he logrado tener en el Ananda Gourmet que llevan Lucía, su marido y su maravilloso equipo en la Legua (Toledo).
Habíamos programado la actuación sin darnos cuenta de que se nos montaba con el derbi, así que decidimos aprovechar el partido para que viniese más gente a cenar, y tocar justo con el pitido
final.
Al final se acercaron hasta allí mogollón de chicos de la residencia S.Patrick en la que estuve tocando en mayo, amigos de cerca y de lejos, familiares, vecinos..., Esta vez actué con mi guitarra
y mis armónicas en el interior, y con las luces a medio apagar, conseguimos volver a crear esa bonita atmósfera que sólo surge en los sitios que se lo merecen. Cantasteis, silbasteis, distéis
palmas de dos pitos, y mi sobrina Julia vino a verme cantar.
¡Gracias!