El Rivendel de mi adolescencia, ahora es un taller artístico.

Este miércoles estuve tocando (suerte la mía) en la inauguración del nuevo taller que mis amigas María y Clara han abierto en el Rivendel, uno de los primeros garitos que me ofreció cerveza en Toledo.

Resulta bonito ir cerrando círculos: Clara es una amiga de la infancia, mi hermano y el suyo eran íntimos de pequeños. Ella estudió arte, y decidió con su amiga María y un maravilloso grupo de personas, hacerse con el local clausurado del Rivendel, darle un lavado de imagen y convertirlo en un taller de arte vivo, algo a lo que no estamos nada acostumbrados en la ciudad de las tres culturas, por mentira que parezca. Podéis imaginar el honor que pude sentir allí inaugurando con mi música tanto arte, en un sitio con tanto encanto.

Gracias a las dos por contar conmigo para una fiesta tan bonita, a Ritxi Fish por acompañarme con el cajón, a los que vinisteis a apoyar por cantar y reír, a Samu por currarse el sonido, y al bonito Sergio Jiménez por inmortalizarlo con fotografías tan bonitas como esta que os traigo aquí.