Ayer sábado 20, me marché con Stefano para la capital de Aragón, una de las primeras ciudades en donde confiaron en mi para presentar "El Hombre sin Hombros" (2014). Por allí dejé algunos
amigos este verano pasado, así que era obligatorio volver para no perderlos, y de paso, tratar de hacer algunos nuevos.
Para esta ocasión, formé un dúo con el contra de "Stefan", y ayudados por el calor que desprenden las voces en la Bóveda de Zaragoza, hicimos todas las canciones de "Coloreados" (2015), mi último
trabajo, junto con algunas otras. Además, pude volver a sentarme a acariciar las teclas del bonito piano de madera que custodia cada noche el sitio; y así poder terminar el espectáculo sentado al
piano, tal y como hice en julio del año pasado. Fue una noche muy visceral, en la que las miradas de la gente fueron como las de un buen cómplice, y gracias a ellas, pasamos de ser dos, a
convertirnos en uno sólo, pero con 40 almas.
Volver a Zaragoza ha sido un placer, y ver cómo vais respondiendo cada vez mejor por allí, es todo un alivio para uno que se la juega cada fin de semana en todo esto... Ojalá que haya una
tercera :-)
Gracias!
